la baranda de hierro
de la escalera
en la penumbra, se ve
la sombra recortada en la pared
junto valor
para subir hasta mi casa
en la oscuridad,
con las sombras macabras
el corredor
lleno de frío, que se toca
se siente espeso
me expone a recordar el invierno
cuando vos venías
con olor a café
y decías que no importaba
que estuviera loca
ahora
la locura se convirtió
en objetividad,
no viene nadie
por el corredor,
solo escucho a los vecinos
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