miércoles, 10 de agosto de 2011

ç


la baranda de hierro
de la escalera
en la penumbra, se ve
la sombra recortada en la pared

junto valor
para subir hasta mi casa
en la oscuridad,
con las sombras macabras

el corredor
lleno de frío, que se toca
se siente espeso
me expone a recordar el invierno

cuando vos venías
con olor a café
y decías que no importaba
que estuviera loca

ahora
la locura se convirtió
en objetividad,

no viene nadie
por el corredor,
solo escucho a los vecinos

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