lunes, 26 de noviembre de 2012

cuando empecé a hablar con los demás y me creí que me entendían, dejé de tener un diario íntimo o de anotar en la parte de atrás de los cuadernos cosas que solo me podía decir a mí misma.
ahora hace como mil años de todo eso, y tengo miles de txt en mi computadora que prueban que en realidad, a nadie le he hablado sinceramente en todo ese tiempo, más que a mí. antes de eso supongo que no sabia tantas palabras, o cómo usarlas, o que querían decir juntas, o ni siquiera qué pensaba como para comunicar nada.
de aquí podría pensarse que soy una inadaptada, que vivo sola en un altillo oscuro y como las migas de comida que quedan en el comedor cuando todos ya han dejado la mesa. que no recuerdo el timbre de mi voz, por desuso; que poseo una bata desteñida y nada más en mi guardarropas, y que crío gatos. pero no siempre fue así. la realidad me esta golpeando en la cara, y creo que algún día habrá que asumirlo: soy casi una rata, que vive sola, y que cuenta entre sus amigos dos seres de otras especies, un solo ser humano vivo a quien teme constanteme haber cansado con sus insuficiencias estructurales de relacionamiento, y un sinfin de muertos.

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